OBITUARIO
Sra. Bárbara Murguía Marín
1953- 2025
Nació el 20 de octubre de 1953, en el Paso, Texas. A los 3 años su familia se mudó a la Ciudad de México donde pasó su infancia y juventud. A los 19 años ingresó a la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México y estudió la carrera de Ingeniero Civil. Ahí, conoce al que sería su compañero de toda la vida, Alfonso Martínez Vera, quien estudiaba la carrera de Ingeniero Geólogo.
Después de casarse en 1978, se trasladan a La Paz, en Baja California Sur, donde el Ing. Martínez ocupa el cargo de geólogo de exploración y Bárbara se integra a la Secretaría de Obras Públicas y Asentamientos Humanos (SOPAH). En 1984 la familia se muda al pueblo de Otongo, en la Huasteca Hidalguense, donde la empresa mantenía la colonia de empleados de la Mina Molango. Ahí, Bárbara y Alfonso fundan el Distrito Molango de la AIMMGM y Bárbara organiza el grupo de costura que reúne a las esposas de los empleados cada semana.
En 1987, Minera Autlán le otorga una beca a Alfonso para estudiar una maestría en los Estados Unidos y se trasladan a Fort Collins en el Estado de Colorado. Con su irrefrenable inquietud, Bárbara aplica para competir por un puesto de Ressident Assistant, en la Unidad Habitacional de las familias de los estudiantes de postgrado. Irremediablemente, gana la posición y se dedica a atender problemas de toda la comunidad internacional que habita la villa estudiantil. En 1989, terminando ese ciclo, regresan a la Ciudad de México, donde Bárbara y Alfonso fijarán su residencia definitiva.
Los siguientes 14 años – Bárbara, con esa incontenible energía y necesidad de participar y aportar algo a su entorno social inmediato – los dedicó a enseñar matemáticas a alumnos de secundaria. Para ella fueron años maravillosos, en los que tuvo la oportunidad de compartir con jóvenes, la admirable vocación y habilidad que siempre tuvo para las matemáticas. Su concepto muy particular de lo que debería ser la técnica pedagógica para enseñar la materia, está salpicada de anécdotas muy graciosas, destacando una pregunta expresa de un papá que le preguntó cuánto dinero querría para no reprobar a su hijo y Bárbara contestó olímpicamente: “dos millones de dólares”.
Su pasión por la enseñanza de las matemáticas la alejó temporalmente del gremio minero. Sin embargo, durante el periodo 2006 – 2008, Bárbara y Alfonso son elegidos Presidentes del Consejo Directivo Nacional y del Consejo Directivo General del Comité de Damas.
Desde su temprana incursión en el sector minero en 1984, Bárbara, desplegó su gran capacidad para organizar en las comunidades mineras remotas y aisladas, grupos sociales en los que se promovía la convivencia, el acercamiento e integración entre todos los miembros de la colectividad minera a la que se integraba. A medida que su participación en las actividades altruistas del Comité de Damas se intensificaba, su liderazgo y poder de convocatoria se fue haciendo cada vez más contundente.
Finalmente, ya en la Junta de Honor y posteriormente, como personaje icónico del Comité de Damas, siguió lidereando y organizando las comidas mensuales de un grupo de Señoras (con mayúscula), esposas de actores relevantes de la industria, ya más como un Grupo Fraternal de Amigas de Vida Inseparables.
Es inolvidable su instrucción imperativa al grupo de amigas: “a ver Muchachas”, exigiendo que todas pusieran atención a los mandatos que iba a dictar. Era intransigente e impositiva. Entre sus obsesiones destacan su ayuda a los niños con cáncer, a los estudiantes de las Ciencias de la Tierra, a los enfermos de COVID.
Con sus icónicas gafas y su inseparable cigarro, con el correr de los años se fue construyendo el personaje inolvidable de Bárbara Martínez. En alguna ocasión Bárbara le comentó al Ing Enrique Gomez de la Rosa, miembro imprescindible de nuestra Asociación: “ Enrique.. andan diciendo que yo soy la Enrique Gómez del Comité de Damas” y Don Enrique, con gran habilidad le contesto; “no Bárbara, tu eres peor”.
Toda una generación recordaremos con profundo amor y cariño a nuestra querida e inolvidable Bárbara Martinez.
Descanse en paz.