La Encarnación

Un pueblo perteneciente a Zimapán con mucha historia*

Se localiza al norte del municipio de Zimapán, aproximadamente en el Km. 245 de la carretera federal México-Nuevo Laredo; una placa indica el camino de terracería de 5 Km. conduciendo al pueblo de referencia. En el trayecto de este camino, el viajero contempla admirado el verde esmeralda de los árboles y el azul transparente de su cielo, el pueblo formado de una sola calle parece soñar recordando sus años de esplendor.

De su historia nos hablan sus ruinas, sin poder precisar la fecha de su fundación, pues según documento que se encuentra en el archivo del Juzgado, el pueblo ya existía en el año de 1725, tampoco se ha podido saber con exactitud la fecha en que principió a trabajar una fundición de hierro que existió en este lugar y de la que todavía quedan algunos vestigios en las ventanas de las viejas casonas coloniales en el Estado de Hidalgo. Tal es el caso del barandal y corredor que adornan la escalera de la Escuela Normal Superior de Hidalgo, forjado en los crisoles de la fundición de este pueblo. Algunas personas entrevistadas relatan que antes la fundición tuvo otro dueño, pero que el más conocido se llamó Ricardo Money, de origen inglés, y que dió auge y esplendor a este bello lugar. 

En las viejas ruinas de la fundición existen restos del que fuera el alto horno inaugurado en 1891 de acuerdo con la inscripción que tiene; la producción de hierro era de 10 toneladas diarias y se trabajaba las 24 horas del día, los productos manufacturados eran conducidos de este lugar a Ixmiquilpan Hidalgo, en carretas tiradas por mulas, de ahí a través de un tren instalado para este fin, continuando hasta llegar a la ciudad de Pachuca. 

“Las calles del pueblo, se estremecían al paso de las pesadas carretas que sacaban chispas con sus ruedas de hierro”

Duro trabajo el de esta época, las bestias sudorosas y fatigadas llegaban al lugar conocido como San Pedro (cerca de Zimapán). 

Allí eran sustituidas por otras que continuaban por la carretera hasta el Río Moctezuma en Tasquillo, donde se volvía a repetir el mismo cambio de bestias cansadas, para continuar la marcha hasta “Capula,” sitio de donde provenía el tren distante de 6 Km. de Ixmiquilpan. Llegaban los chicos corriendo, ávidos de conocer tanto al tren como al conductor, que al verlo descender de la máquina, vestido de mezclilla, con una cadena de plata que le cruzaba el pecho y que íba a dar al bolsillo de donde sacaba un reloj de aquellos de ferrocarril, se imaginaban mirar a un héroe, tal es la declaración de una persona que fue entrevistada.

Existe en Tasquillo, sobre el Río Moctezuma un viejo puente de hierro forjado en la Encarnación cuya inscripción dice ENCARNACION 1880. Un siglo, un siglo de permanecer sobre el Río Moctezuma. Dicho puente fue construido bajo la administración de Ricardo Honey, quien según declaración de entrevistados, fuera compadre del Presidente de México, Don Porfirio Díaz. 

Otra persona digna de crédito declara que en el archivo de la nación existe un documento otorgado en París Francia, cuando en una exposición internacional, el fierro de la Encarnación ocupara un segundo lugar en el mundo por su elasticidad. 

Pero si todo esto sucedió en el pasado, ¿Por qué, cómo y cuándo vino la decadencia?…  Llegó con la Revolución Mexicana, los trabajadores también se fueron a empuñar las armas y la fundición, fue paralizada. 

Herramientas, maquinaria e instalaciones, quedaron en espera de volver a vibrar e iluminarse con las chispas del hierro líquido, sin embargo, esto ya no sucedió, la plaza del pueblo que el día de tianguis no podía abrigar tanta gente durante el auge de la fundición, se conmovió al estruendo de las carabinas de la Revolución y ahora solo queda una que otra bala incrustada en la madera de las casas, mudos testigos de aquella época.

* Monografía de Zimapán. Por: Fidencio Santana Aguilar