Almacenamiento Geológico de CO2: Una oportunidad para la diversificación en el uso del carbón en la Subcuenca de Sabinas

Por: Genaro de la Rosa-Rodríguez1,2*, Juan Josué Enciso-Cárdenas1,2, Cristina Fernanda Alves Rodrigues3, Fernando Nuñez-Useche4, Diego Martínez-Hernandez1,2, Yuriko Yarel Bueno Yamamoto1,2, Luis Fernando Camacho-Ortegón1,2, Arturo Bueno-Tokunaga1, Manuel João Lemos de Sousa3.

Resumen
El objetivo principal de esta investigación se enfoca en el estudio preliminar para la estimación del potencial de almacenamiento de dióxido de carbono (CO2) en mantos de carbón de la Formación Olmos en la Subcuenca de Sabinas ubicada al noreste de México. La metodología inicial adoptada consistió en el análisis de información disponible en estudios geológicos de campo y datos de barrenos exploratorios para su posterior procesamiento por medio de software, creando secciones geológicas que permitieron obtener un área definida de 286,841,170 m2. Se identificaron de 3 a 13 mantos de carbón con un espesor promedio todo uno de 2.13 m, localizados a una profundidad superior a 300 m. Además, se estimó una cantidad hipotética de recursos inferidos en 934,786,689 toneladas de carbón, que corresponde al valor de base en este estudio para la estimación del potencial almacenamiento geológico de CO2 en el área de estudio.  

Palabras clave: Subcuenca de Sabinas, almacenamiento geológico, dióxido de carbono, carbón.

Abstract

The main objective of this research focuses on the preliminary study for the estimation of carbon dioxide (CO2) storage potential in coalbeds of the Olmos Formation in the Sabinas Sub-basin located in northeastern Mexico. The initial adopted methodology consisted of the analysis of available information in geological field studies and exploration drill hole data, for its subsequent processing through the use of software, creating geological sections, that allowed obtaining a defined area of 286,841,170 m2. From 3 to 13 coal seams were identified with an average thickness of 2.13 m, located at more than 300 m deep.  In addition, a hypothetical amount of inferred resources of 934,786,689 tons of coal was estimated, which corresponds to the base value in this study for the estimation of the geological storage potential of CO2 in the study area.

Key words: Sabinas Sub-basin, geologic storage, carbon dioxide, coal.

Introducción
A nivel mundial, China figura como el principal productor de carbón, seguido a lo lejos por países como Estados Unidos, Indonesia, India y Australia. La industria del carbón en China contribuye con el 47% de la producción global del carbón; al tiempo que el consumo de esta nación es del 50.50%. Por su parte, las reservas mundiales de carbón, en 2018, ascendieron a 1.055 billones de toneladas y se concentraron fuertemente en unos pocos países: Estados Unidos (24%), Rusia (15%), Australia (14%) y China (13%) (SE, 2021).

Para dimensionar la importancia de este recurso, tan sólo para el 2010, el carbón representó el 28% de consumo de energía primaria a nivel global, del cual el 48% corresponde a consumo de energía eléctrica. Actualmente el carbón continúa siendo la materia prima indispensable para la fabricación del coque metalúrgico, utilizado en los procesos de fundición en la industria de la producción de acero y otras aleaciones no ferrosas.

En 2010, la producción global de carbón fue de 7,229×106t, de las cuales 5,294×106t correspondieron a carbón térmico, 891×106t a carbón de coque y otras 938×106t correspondientes a transacciones de comercialización internacional (Lemos de Sousa et al., 2012). En el año 2018, el uso del carbón registró un aumento de 0.7% en su demanda respecto al 2015-2016, representando un 26% de la demanda de consumo global de energía primaria y la primera posición con 38% para la generación de energía eléctrica a nivel global. Los seis países con mayor producción de carbón a nivel global (China, India, Estados Unidos, Indonesia, Australia y Rusia) representaron el 83% de la producción total para este mismo año (Cornot-Gandolphe, 2019).

En México la Región Carbonífera de Coahuila es la más importante del país, aportando más del 90% de la producción nacional de carbón, con una producción anual de 15 millones de toneladas de carbón, las cuales se orientan principalmente en la generación de 2,600 Megawatts, y en los procesos de producción de 3 millones de toneladas de acero (COMIMSA-GAN, 2010). Esta región se ubica en la porción norte-central del Estado de Coahuila y se extiende al oriente hasta incluir una pequeña área del Estado de Nuevo León (Robeck et al., 1956, 1960; Flores-Galicia, 1988; Flores-Espinoza, 1989; Brizuela, 1992, en Corona et al., 2006).

A pesar de que el carbón es considerado un recurso altamente contaminante, técnicamente puede ser considerado un recurso potencialmente útil para el almacenamiento de gases de efecto invernadero. Las reservas de carbón en México, con una línea de investigación apropiada, poseen el potencial suficiente para generar valor agregado y sustentabilidad a esta industria, atendiendo de manera positiva lo dispuesto en el tratado 20-30 signado recientemente por México en Europa.

El efecto del aumento del CO2 atmosférico sobre el calentamiento climático hace que el manejo del CO2 sea un tema de preocupación mundial. De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), en el año 2016 cinco países fueron responsables del 57.6% del CO2 emitido a nivel mundial por consumo y quema de combustibles fósiles. China, Estados Unidos, Rusia, Japón e India, en conjunto emitieron 18,597 millones de toneladas de un total de 32.3 mil millones generadas en el planeta. Entre estos países, destacan China y Estados Unidos, responsables de 28 y 15% de las emisiones en el planeta en ese año, respectivamente. La contribución de México a las emisiones globales en 2016, según los datos de la IEA, fue de 1.4% (452.2 MTon CO2), ubicándolo entre los primeros quince países por su volumen de emisión (SEMARNAT, 2018).

Por otra parte, los países de la Unión Europea desarrollan proyectos y estrategias integrales que fomentan el desarrollo de las actividades del hombre en armonía con el medioambiente, promoviendo más allá de sus fronteras, regulaciones más estrictas y comprometidas con el cuidado del planeta a través de la firma de tratados internacionales con sus socios comerciales, como requisito fundamental y estratégico para la apertura de sus mercados financieros.

El “Acuerdo de Paris” firmado en 2016, es un ejemplo de ello, actualmente este acuerdo se encuentra conformado por una alianza de 80 países, en el que se busca la erradicación de los usos del carbón para el año 2030 y la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero por el incremento del calentamiento global. Hoy por hoy, aun así, mantener el calentamiento global por debajo de 2 grados centígrados sigue, sin estar al alcance. El 15 de noviembre del 2017, en Bonn Alemania 19 países entre los que se encuentra México, firmaron el tratado de erradicación del uso de carbón para el año 2030.

Actualmente en México, se carece de información sobre la evaluación de la capacidad de almacenamiento de CO2 en mantos de carbón de la subcuenca de Sabinas, orientada al desarrollo de oportunidades para promover proyectos de inyección de CO2 a mediano o largo plazo en la región carbonífera de Coahuila.

Antecedentes
El almacenamiento de CO2 en mantos de carbón representa una alternativa para mitigar las emisiones de gases efecto invernadero al eliminar CO2 de la atmósfera recuperando metano (CH4) adicional del carbón, lo que hace que la producción de metano de capas de carbón (CBM, por sus siglas en inglés) sea económicamente más atractiva (Sampath et al., 2020; Abid et al., 2021, Cheng, et al., 2021; Ghiat & Al-Ansari, 2021; Sun et al., 2021).

Los mantos de carbón no explotables son estructuras geológicas de almacenamiento ideales debido a las siguientes consideraciones; en términos de propiedades, el carbón es un medio poroso y su capacidad de adsorción respecto al CO2 es más fuerte que la del CH4 bajo las mismas condiciones de presión (Cai et al., 2018).

Existen diversas opciones para el almacenamiento geológico de CO2 las cuales son: a) en yacimientos agotados de aceite y gas, b) recuperación mejorada de hidrocarburos, C) acuíferos salinos profundos, d) mantos no extraíbles de carbón, e) recuperación mejorada de metano en mantos de carbón y f): basaltos, lutitas y cavidades (Metz, 2005; Ibrahim y Nasr-El-Din, 2018; Ramos et al., 2018).

El almacenamiento de CO2, en conjunto con la producción mejorada de metano en mantos de carbón (por sus siglas en inglés, ECBM), es una ventaja potencialmente atractiva debido a la perspectiva sobre el incremento de producción de metano, además que, por cada molécula de CH4 producida, se pueden almacenar al menos dos moléculas de CO2 en la matriz de carbón (White et al., 2005). Sin embargo, esta tecnología aun presenta desventajas por su escaso desarrollo por lo que requiere una mayor comprensión de los procesos de inyección y almacenamiento en el carbón (Metz, 2005). De 1998 al 2005 se implementaron cinco proyectos de éxito de almacenamiento geológico de CO2-ECBM en yacimientos de carbón de los países de Canadá, Polonia, China y Japón (Fenn Big Valley, Recopol, Qinshui Basin, CSEMP y Yubari), estos incluyen la planeación y el almacenamiento de 10 hasta 10,000 ton de CO2 (Metz, 2005).

El rango de profundidad óptimo para realizar la adsorción de CO2 en mantos de carbón corresponde a un intervalo de 700 a 1,300 m (Welkenhuysen et al., 2011). Algunos otros autores Piessens y Dusar (2003), Jalili (2011) sugieren que el criterio para el almacenamiento de CO2 en minas de carbón abandonadas debe efectuarse en al menos 500 m de profundidad. A mayor profundidad, la permeabilidad de los mantos del carbón puede llegar a ser muy baja y la aplicación de la ingeniería se vuelve necesaria con el objetivo de iniciar y mantener la inyección de gas (Sarhosis et al., 2016). Otros autores, afirman que la ventana de profundidad óptima para una extracción eficaz para el aprovechamiento del metano en capas de carbón con dióxido de carbono se sitúa entre 300 y 1,500 m (Gale, 2004; Laenen y Hildenbrand, 2005; Katyal et al., 2007; Tang et al., 2014; Sarhosis et al., 2016; Shi et al., 2019)

El carbón es una roca orgánica natural con estructuras porosas y propiedades superficiales complejas que debido a la existencia de energía no saturada en la superficie de la estructura porosa dentro del carbón, este tipo de energía puede combinarse con moléculas de gas para producir fuerzas no polares, denominadas fuerzas de Van der Waals, responsables de producir el efecto de adsorción del gas en la superficie del carbón. Hay muchos factores que influyen en la adsorción del gas, como el rango del carbón, la temperatura, la presión, profundidad, el contenido de humedad, la composición maceral y la estructura de los poros, etc. (Crosdale et al., 2008 en Guo et al., 2018).

Las isotermas de sorción de gas y el área de la superficie interna de los poros indican que las variaciones de composición maceral en el carbón son, al menos, tan importantes como el rango del carbón en la determinación del potencial de volumen de gas almacenado y por lo tanto, del potencial de adsorción. 

Las propiedades de sorción de gas en el carbón han sido estudiadas ampliamente por varios autores (Mavor et al. 1990; Stevenson et al. 1991; Beamish y Crosdale, 1993; Greaves et al. 1993; Lamberson y Bustin, 1993; Crosdale, 1996; Clarkson y Bustin, 2000; Rodrigues y Lemos de Sousa, 2002; Ottiger et al., 2008; Xiang et al., 2014) y han determinado los factores que son capaces de producir efectos en la capacidad de almacenamiento de gas.

Uno de estos factores corresponde a la composición maceral, su influencia principalmente radica en el aporte orgánico-sedimentario, por las condiciones iniciales de depósito y por la transformación hacia bitumen que experimentan los macerales, como resultado de la evolución térmica de la cuenca (Taylor y Zeidler, 1958). 

Algunos autores afirman que la capacidad de adsorción del carbón disminuye con el aumento de la temperatura y el alto contenido de materia mineral. Además, indican que la capacidad de adsorción crece con el aumento de la presión y con el contenido de vitrinita y carbón de rango alto (Rodrigues, 2018). 

Enciso (2015) indica que la variación del proceso de adsorción de gas con relación al rango del carbón ya ha sido estudiada ampliamente por diferentes autores (Mavor et al., 1990; Crosdale y Beamish, 1993; Yee et al., 1993; Rodrigues, 2002), quienes llegaron a una conclusión como regla general, que la adsorción del gas aumenta con el rango/madurez.

Figura 1. Mapa de ubicación y accesos principales a las subcuencas de la 
Región Carbonífera del estado de Coahuila.

Las consideraciones técnicas y económicas sugieren que a medida que el CO2 es inyectado en los mantos de carbón, este sustituye al CH4 en la superficie del carbón debido a su mayor afinidad con la matriz del carbón que el metano (Busch et al., 2003; Ibrahim y Nasr-El-Din, 2018). Considerando que los carbones bituminosos puedan adsorber el doble de CO2 que el metano, un análisis preliminar del potencial teórico de almacenamiento de CO2 para proyectos de recuperación ECBM, estima que podrían almacenarse aproximadamente entre 60 y 200 GtCO2 en todo el mundo (IEA-GHG, 1998). Estimaciones más recientes, sugieren un potencial de almacenamiento práctico de aproximadamente 7 GtCO2 para los carbones bituminosos (Gale y Freund, 2001; Gale, 2004; en Metz et al., 2005) y entre 60 y 90 GtCO2 para carbones subbituminosos y los lignitos en Norteamérica (Reeves, 2003; Dooley et al., 2005). 

Marco Geológico
La Cuenca Carbonífera de Sabinas localizada al noreste de México comprende una superficie aproximada de 6,877 Km2 y se encuentra constituida por ocho subcuencas carboníferas que corresponden a: Sabinas, Saltillito-Lampacitos, Adjuntas, Esperanzas, San Patricio, Monclova, El Gavilán y San Salvador y se ubican principalmente entre los Municipios de Sabinas, Melchor Múzquiz, Progreso, San Juan de Sabinas y Juárez (Obregón-Andría y Muñoz-Loredo 1988, Camacho-Ortegón et al., 2020, Enciso-Cárdenas et al., 2021) (Figura 1).

En general las subcuencas corresponden estructuralmente a pliegues sinclinales de orientación NW-SE, conformados por unidades clásticas y terrígenas del Cretácico superior, en cuyo contacto estratigráfico se encuentran los mantos de carbón clasificados en el rango bituminoso de volatilidad media a baja y fácilmente coquizable (SGM, 2000).

Actualmente la subcuenca Sabinas es el área con mayor cantidad de información por su actividad en exploración y producción por medio de minas a cielo abierto (tajos) y subterráneas. En la periferia de la subcuenca el carbón que aflora llega a tener una profundidad máxima de 70 m. Existen minas subterráneas donde los afloramientos de carbón alcanzan profundidades de 350 m, con espesores de 1.50 a 4.10 m. (SEMARNAT, 2007; Sandoval-Dávila, 2019). 

Las principales campañas de exploración fueron desarrolladas entre los años de 1975 al 2004 por el Consejo de Recursos Minerales (COREMI), Grupo Acerero del Norte (GAN) e Industrial Minera México (IMMSA) mediante 1,482 barrenos con recuperación de núcleo en las áreas de minas subterráneas, hacia el SE, SW, NE y periferias de la subcuenca SGM (2006). Por medio de barrenación realizada principalmente en la parte centro y sur-sureste de la subcuenca Sabinas, se han estimado reservas de carbón por 901,116,405 toneladas (SGM, 2008).

En la subcuenca Sabinas el carbón se encuentra en la Formación Olmos y se presenta en forma de varios mantos lenticulares (hasta seis) de los cuales tres son los de mayor persistencia; presentan una orientación preferencial de N60°-70°W con inclinaciones de 3° a 5° al NW y SE en ambos flancos de la subcuenca, la cual se ve afectada por numerosas fallas paralelas NW-SE que ocasionan desplazamientos verticales de hasta 30 m, los mantos más superficiales presentan espesores de 5 a 30 cm existiendo entre ambos una zona estéril de 10 a 40 cm; el manto inferior es el de mayor importancia debido a su espesor el cual varia de 0.8 a 3.0 m (SGM, 2010). La profundidad máxima a la que se encuentra el manto de carbón es de 490 m, en un lugar localizado a 6 kilómetros al oriente de Los Piloncillos (Robeck et al., 1956, Corona et al., 2006), mientras que el SGM (2010) indica que la mayor profundidad de los mantos que se tiene registrada es 521 m en el centro de la subcuenca.


Figura 2. Columna litoestratigráfica en la subcuenca Sabinas, modificado 
de Valdez-Moreno (2001).

Eguiluz y Amezcua (2003), en una descripción más reciente, describieron a la Formación Olmos como una secuencia de areniscas de grano grueso color gris con intercalaciones de lutita en su base, mientras que su cima se caracteriza por arenas de grano grueso gris verdoso y rojizo en contacto con areniscas conglomeráticas. Esta formación sobreyace a la Formación San Miguel (Grupo Taylor) y subyace a la Formación Escondido (Grupo Navarro), Conglomerado Sabinas y Lavas Esperanzas. 

Se han reportado espesores mínimos de 10 m y máximos de 378 m para la Formación Olmos, con un promedio de 175 m. Sus estratos representan una mezcla de facies de ambiente marino somero y de frente deltaico (Santamaría et al. 1991).

Esta unidad geológica la subdividen en cinco miembros principales: (1) Zona de carbón con intercalaciones de lutita, limolita y areniscas, (2) zona de arenisca de grano medio a fino, contiene madera fósil y gasterópodos, (3) compuesta por limolita compacta, (4) se caracteriza por conglomerado, arenisca de grano grueso y varía a limolita y lutita en la cima, (5) compuesto por intercalaciones de lutita, limolita y arenisca de estratos delgados (Figura 2).

Metodología
El presente trabajo sobre la estimación del potencial de almacenamiento de CO2 en mantos de carbón para la subcuenca Sabinas, está representado por una metodología la cual se basa en las siguientes actividades:

  1. Revisión bibliográfica: Centrada en la búsqueda de información en diversas fuentes como revistas científicas nacionales e internacionales, reportes técnicos y libros.
  2. Trabajo de campo: Basado en la gestión de permisos de acceso al área de estudio, el reconocimiento geológico en afloramientos de obras mineras a cielo abierto (Tajos), para identificar la zona de contacto formacional entre San Miguel y Olmos, selección del área adecuada para obtener datos de medición del rumbo y echado de las principales estructuras geológicas, posicionamiento y descripción de las características físicas del carbón en obras mineras o afloramientos.
  3. Construcción de base de datos: Integrada en una tabla digital la información obtenida a partir de los barrenos de exploración, se miden los espesores de los mantos de carbón para definir el espesor todo uno de cada barreno bajo una escala de profundidad establecida a 300 m, y se organiza la información litológica con espesores y la profundidad correspondiente para procesarla en un modelo geoestadístico. 
  4. Modelado Geoestadístico: Implementado mediante el uso de software Autocad y ArcGis, se procesa la información para generar modelos representados en mapas y secciones geológicas-estructurales de manera digital las secciones para determinar el comportamiento de los mantos de carbón, tomando como referencia los barrenos exploratorios y datos estructurales geológicos de la subcuenca, lo que permitirá definir un punto de referencia para la generación de un modelo, el cual definirá el área delimitada a una profundidad máxima y óptima de la subcuenca para el almacenamiento de CO2 y la distribución y espesores de los mantos.
  5. Estimación de Recursos: Basado en la información procesada en el software se realiza el cálculo de la estimación de recursos inferidos con base a la NI-43-101 indicado en Hughes (1989) para yacimientos de carbón, además de considerar el área de estudio, nivel de profundidad, espesor y densidad promedio.
  6. Evaluación del potencial de almacenamiento de CO2: Propuesto a partir de la estimación de los recursos inferidos, contenido y potencial de CH4 del carbón, y un factor equivalente de adsorción de CO2/CH4 reportado por otros autores en trabajos previos para la subcuenca de Sabinas. 

Figura 3. Localización de las secciones geológicas generadas a partir de información de barrenos de exploración y datos estructurales obtenidos en obras mineras a cielo abierto de la subcuenca Sabinas. 

Resultados
La subcuenca Sabinas tiene longitud de 62 km y una anchura de 24 km representada por una superficie de 1,034 km2 (Robeck et al., 1956, Corona et al., 2006) (Figura 3). El área definida para la estimación del potencial de almacenamiento de CO2 es propuesta considerando la información de datos estructurales medidos en campo, los cuales presentan una inclinación de 02° en la parte NW, NE, E y SE, y de 13 a 31° hacia la parte SW y W de los límites de la subcuenca y a partir de información de 16 barrenos se llegó a perforar la base de la Fm. Olmos identificando profundidades entre 381 a 505 m, que permitieron proponer tres secciones geológicas (A-A´, B-B´ y C-C´).

Figura 4.  Área calculada a 300 m de profundidad de los mantos de carbón con respecto a la subcuenca Sabinas.

La sección A-A´presenta un rumbo SW-NE, donde en ambos flancos de la subcuenca se tomaron datos estructurales, el Tajo Cloete (al oriente) y el Tajo Los Menores (al poniente) presentando 02° y 31° de echado respectivamente, con un rumbo NW-SE. En la parte poniente se localiza la zona de profundidad máxima de la sección medida hasta 505 m considerando la información de 5 barrenos. Los espesores en los barrenos de esta sección miden un todo uno de 2.24 m con el reconocimiento de 5 a 12 mantos de carbón (Figura 3).

Tabla 1. Cálculo de la estimación de almacenamiento de CO2 en mantos de carbón a 300 m de profundidad en la subcuenca Sabinas. 

La sección B-B´ presenta un rumbo SW-NE, donde hacia el flanco oriente se midieron 02° de inclinación en el Tajo Rio Sabinas y al poniente 13° en el Tajo Olmos, con rumbo NW-SE. En la parte central-poniente de la sección se identifica a una profundidad máxima del carbón de 456 m considerando la información de 6 barrenos. Los espesores en los barrenos de la sección miden un todo uno de 2.26 m representados de 3 a 13 mantos de carbón (Figura 3).

Para la sección C-C´ se definió un rumbo NW-SE, donde en ambos flancos de la subcuenca presentan 02° de inclinación y un rumbo NE-SW. En la parte central-poniente de la sección se definió una profundidad máxima del carbón de 381 m considerando la información de 5 barrenos. Los espesores en esta sección representan un todo uno de 1.88 m integrado de 4 a 10 mantos de carbón (Figura 3).

La información de las secciones (A-A´, B-B´ y C-C´) y datos estructurales permitieron delimitar la intersección de la cota de los 300 m de profundidad de los mantos de carbón para definir un área de interés dentro de la subcuenca Sabinas representada por 286,841,170 m2 (Figura 4).

Discusión de resultados
La estimación del potencial de almacenamiento de CO2 se ha realizado considerando la profundidad del carbón a 300 m definida por datos estructurales y barrenos, lo que permitió obtener un área de 286,841,170 m2. Mediante la información de los barrenos y secciones geológicas, se identificaron espesores de carbón todo uno de 2.24 m para la sección A-A´, 2.26 m en la sección B-B´ y 1.88 m en la sección C-C´ obteniendo un espesor promedio de 2.13 m. Considerando la densidad del carbón reportada para la subcuenca de sabinas 1.53 g/cm3 (MINOSA, 2010), se obtuvieron recursos inferidos de carbón por 934,786,689 Ton. 

Así mismo, considerando los resultados de pruebas de adsorción/desorción mediante la técnica termo-volumétrica con valores de almacenamiento de gas metano entre 7.07 m3/ton y 10.47m3/ton en muestras de carbón de la subcuenca de Sabinas (Enciso et al., 2015) y tomando en referencia los resultados comparativos de curvas de adsorción/desorción que incluyen el gas metano y CO2 se encontró un factor de adsorción equivalente a 1.8 veces de mayor del CO2 con respecto al metano (Krooss et al., 2002;  Metz, 2005; Fujioka, 2008; Godec et al., 2014) por lo que este valor puede ser considerado como la relación de CO2/CH4 para estimar el potencial de almacenamiento de CO2    (Tabla 1).    

El área de estudio presenta un potencial de almacenamiento de 17,616.98 millones de m3 de CO2 equivalentes a 11,981.60 millones de toneladas de CO2 (condiciones: temperatura = 25°C, densidad = 680 kg/m3), que corresponden a un 37% de la cantidad total de emisiones globales de CO2 o bien, representa 26 años de emisiones de CO2 producidas en México reportadas en el año 2016. 

Conclusiones

  • La metodología implementada en este trabajo resulta apropiada para replicarse y complementar el estudio del potencial de almacenamiento CO2 para la Cuenca de Sabinas, permitiendo generar información para establecer criterios de política pública encaminados en la mitigación y reducción de los niveles atmosféricos de CO2.
  • La inyección y almacenamiento de CO2 en capas de carbón en México representa un área de oportunidad alternativa para impulsar políticas y proyectos sustentables para la minería del carbón, implementando el aprovechamiento tecnológico y acciones orientadas a la reducción de emisiones de carbono, costo eficiente y bajos impactos ambientales y sociales, a favor de la calidad del aire y promoviendo por ejemplo una mejora en la percepción de imagen de la industria extractiva. 
  • El presente trabajo busca evaluar la disposición de áreas potenciales para el desarrollo de futuros proyectos de almacenamiento geológico de CO2 en mantos de carbón para contrarrestar las emisiones de CO2 que han estado en constante incremento en los últimos 40 años, originando cambio climático acelerado y provocando afectaciones en el medio ambiente y a la sociedad.
  • El tema se está enfocando a la atención de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) número 9 (industria innovación e infraestructura) y 13 (acción por el clima) planteados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). A nivel México, como estrategia prioritaria del Programa Especial del Cambio Climático 2021-2024 (PECC) publicado en el 2021 por el Diario Oficial de la Federación (DOF), está vinculado al Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático 2020-2024 y a los Programas Nacionales Estratégicos (PRONACES) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) en los objetivos 1 (Energía y cambio climático) y 2 (los agentes tóxicos y procesos contaminantes). A nivel Estado, se encuentra alineado con el Eje Rector 3 (Desarrollo Económico Sustentable) del PED 2017 – 2023. 

Agradecimientos
Se agradece ampliamente al Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (COECYT) a través de los proyectos COAH-2022-C19-C148 y COAH-2022-C19-C076 por el financiamiento para realizar las actividades y al Consejo Directivo Nacional de la AIMMGM por promover y apoyar la investigación en la temática del carbón. 

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1Centro de Investigación en Geociencias Aplicadas, Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC). 5 de Febrero esq. con Blvd. Simón Bolívar #303-A Col. Independencia, Nueva Rosita, Coahuila, México.

2Centro de Estudios e Investigaciones Interdisciplinarios, Universidad Autónoma de Coahuila (UAdeC). Centro Cultural 2° piso. Ciudad Universitaria. Carretera México km 13.C.P. 25350, Arteaga, Coahuila.

3Laboratório de lnvestigação da Unidade 131D. Universidade Fernando Pessoa. Praça de 9 de Abril 349 • 4249·004, Porto, Portugal.

4Instituto de Geología, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Alcaldía Coyoacán, 04510, Ciudad de México, México.