Cómo descubrimos el último clavo de la Mina de Rayas en Guanajuato

La casualidad y la suerte también juegan en la minería

 Ing. Estanislao Zárate Lujano 

Antecedentes
La Cooperativa minero-metalúrgica Santa Fe de Guanajuato se formó luego de que la empresa “The Guanajuato Reduction and Mines Company” propietaria de las principales minas sobre la Veta Madre y algunas más en la zona del mineral de la luz, abandonara dichas minas ante el justo reclamo de los obreros que pedían mejores sueldos y condiciones de trabajo.

El abandono se dió en 1938, durante el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río, y por 3 o 4 años se trabajó con las administraciones obreras, mismas que fracasaron rotundamente.  La estabilización de la Cooperativa se dió a partir de la incorporación del Ing. Alfredo Terrazas Vega, como Gerente General en el año de 1947.

La mina de Rayas, iniciada desde 1550-1552, al descubrirse la Veta Madre, ha sido probablemente la más productiva, en cifras totales de plata y oro, de todo el distrito minero de Guanajuato.

Por la época en que descubrimos el clavo, a finales de 1971, la Cooperativa Minera, aunque estable, operaba apenas con ligeras utilidades, habiendo aún muchas carencias en equipo y seguridad. Se trabajaban las minas de Rayas, Valenciana, Cata y otras sobre la Veta Madre y algunas más en el mineral de la Luz.

En noviembre de 1971 (era un viernes durante nuestro recorrido rutinario de supervisión en la mina de Rayas), Alejandro García, Capitán de la mina y el que suscribe, en su carácter de Superintendente de minas, bajábamos del nivel 220 al 275 sur, a través del antiguo rebaje de San Cayetano y sobre la hermosa escalera de patilla que lo recorre cerca de su tabla sur; ya un poco cansados nos sentamos a la entrada de una frente de 20 o 25 Mts. de largo que apuntaba hacia el sur y tenía también mucho tiempo abandonada.Fumábamos  un cigarrillo raleigh, cuando al voltear hacia el tope de la frente ví sobre la tabla del alto y a media frente, una mancha blanquzca que sobresalía del cochambre que cubría todas las paredes de la frente y del rebaje. Me acerqué a la tabla y con la escasa luz de mi lámpara de carburo y ayudándome con la pica de acero -que nunca me faltaba-, empecé a picar y a retirar el cochambre de la banda de cuarzo blanco que había visto, la cual era prueba de una vetilla que ahí se desprendía hacia el sur y hacia el alto del antiguo y famoso rebaje, el cual se había trabajado probablemente a principios del siglo XIX.

Por cierto, Daniel Thomas Egerton, el famoso pintor inglés que nos deleitó de 1840 en delante con sus pinturas de diversas ciudades mineras de México, tiene una litografía de ese rebaje, a la cual llamó El socavón de San Cayetano en la mina de Rayas de Guanajuato, la cual fue realizada precisamente en el lugar, donde aquel viernes estábamos sentados Alejandro y yo.

Habiendo descascarado un poco con la pica, parte de la tabla donde apenas se veía la vetilla, observamos en ella unos puntitos negros que bien podrían ser de sulfuro de plata, entonces, le dije al Capitán que tomaran una muestra del cuartón y la mandaran analizar y también que lavaran un poco esa parte de la tabla, para retirar el cochambre y poder verla bien.

El lunes siguiente – como a las 9 de la mañana – yo me encontraba en el taller mecánico del maestro Evaristo Cortés, cuando me dijeron que me llamaban por teléfono de la mina de Rayas, era Alejandro, quien me pregunto si ya había visto las boletas de ensaye del día, a lo que contesté que no, luego me comentó que la muestra había dado 225 gramos de plata y que en un rato más iban a lavar la tabla alta de la frente. Quedamos en vernos al día siguiente para ir de nuevo al lugar.

El martes por la mañana estábamos en la frente descascarando el cuartón ya lavado y comprobamos que efectivamente contenía algo de sulfuros de plata, además de calcopirita. Le encargué a Alejandro que instalaran en el lugar, tuberías de aire y agua y que se dieran 2 o 3 hileras de barrenos para peinar la tabla y luego se iniciara una nueva frente para explorar dicho desprendimiento.

Las primeras 3 o 4 barrenaciones sólo dieron entre 200 y 230 gramos de plata por tonelada, pero a la quinta el cuartón se abrió y se cuajó de plata y calcopirita, empezando a dar leyes de más de medio kilo de plata por tonelada. Habíamos descubierto un nuevo clavo en la mina, el cual cubicamos 8 meses después ya desarrollado, dando las siguientes cifras:

Total de reservas———————-700,000 toneladas.
Leyes Medias:
Plata————————————525 gramos por tonelada.     
Oro————————————-5.7 gramos por tonelada.
Cobre———————————-2.1%.

Algo peculiar de este nuevo clavo de la mina de Rayas fue que además de las altas leyes de plata, tenía un buen contenido de calcopirita (2.1% de cobre), y esto nos hizo reflexionar acerca de la posibilidad de estar tocando con estas obras, el umbral MESOTERMAL del yacimiento.  (Recuérdese que la VETA MADRE de Guanajuato se ha considerado siempre de GENESIS EPITERMAL).

Adicionalmente, en algunas zonas, la concentración de plata era tan alta que alcanzaba leyes de 8 o más kilogramos por tonelada y durante más de un año, estuvimos extrayendo, encostalando y embarcando alrededor de 30 toneladas mensuales de mineral de exportación, que se enviaba directamente a la fundición de Peñoles en Torreón Coahuila.  

Este clavo se explotó lentamente, durante alrededor de 20 años, habiéndole dado a la Cooperativa Minera de Guanajuato la etapa más próspera de toda su existencia (de 1938 a 2005 aproximadamente).