Perfil y funciones del supervisor como líder de seguridad y salud

Ing. Norberto Mariano Trigo Cortes *

En nuestra emergente industria minera en México, tanto el Estado a través del IMSS, de la Secretaría del Trabajo, de la Asociación de ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México, de la Subsecretaría de Minería y del compromiso de todas las empresas del sector, se ha evolucionado positivamente en resguardar la seguridad y salud de todos los trabajadores y, en estos objetivos comunes, el compromiso ejecutivo de las empresas y liderazgo de la supervisión, son clave para el éxito de los objetivos de seguridad y salud en la industria, de este modo México se coloca a la vanguardia en la protección de las personas en la industria minera. 

La conexión de la planificación y objetivos diarios de producción en todas las áreas de una unidad minera -normalmente en forma adicional a los propios objetivos productivos, los objetivos de seguridad y salud- son responsabilidad del “supervisor”, que es el nexo de muchos objetivos con la línea de trabajadores que día a día se exponen a riesgos propios de la actividad minera.

Desde nuestra perspectiva, por la experiencia de más de 30 años en la industria minera, tanto en México como otros países mineros y, con una clara visión de que la seguridad es la base de toda actividad productiva y en especial en la minería, pueden identificarse dos puntos clave que evidencian al supervisor como líder de seguridad. El primero dice relación con el perfil del ingeniero que ocupará el cargo; y la segunda, el enfoque de las principales tareas que tiene que cumplir.

Son tres los requisitos principales que el supervisor debe tener: El conocimiento necesario de las labores; contar con la aceptación de las personas con las que trabaja; y finalmente, tener la motivación e iniciativa para trabajar por la seguridad del personal a su cargo. Adicionalmente, su enfoque debe necesariamente mostrar una adecuada supervisión complementada con el aporte de información, formación y entrenamiento, asegurando que la política en salud y seguridad de la organización está debidamente implantada y desarrollada. En este caso el supervisor como líder de su equipo de trabajo, debe tener dos aspectos clave:

Gestión de las tareas en salud y seguridad

La tarea principal del supervisor como líder de seguridad es asegurar el cumplimiento de los objetivos específicos en salud y seguridad de su equipo de trabajo, y trabajar de acuerdo con las normas, políticas y procedimientos establecidos. Esto implica aportar indicaciones, ayuda, guía, ejemplo y disciplina con el fin de asegurar que se conocen los riesgos y se aplican correctamente las normas, los procedimientos y los sistemas de apoyo que sean necesarios.

Una gestión eficaz de las tareas también implica una planificación adecuada para conseguir los objetivos, información y adiestramiento en habilidades que desarrollen aptitudes individuales, que generen igualmente actitud positiva frente a los riesgos en todo el equipo. Lo anterior, permite realizar comprobaciones para identificar cualquier actitud o norma de actuación que sea inadecuada o inapropiada y que necesite revisión. La gestión implica el uso de sistemas de valoración, tanto general como formal, a través de comprobaciones puntuales y observación continua de los comportamientos individuales y grupales de su personal a cargo.

Formar un equipo de trabajo seguro

El supervisor como líder de seguridad, tendrá que estimular a su equipo a trabajar juntos en la consecución de los objetivos de salud y seguridad del grupo. El papel comprende el liderazgo del equipo, actividades del tipo charlas “tool-box”, “Coaching”, instrucciones al equipo y ejercicios para la resolución de problemas. Implica adiestramiento y asesoramiento para estimular y ayudar a conseguir la participación de todos los miembros del equipo. Un objetivo particularmente importante es lograr que aumente el conocimiento sobre los riesgos presentes en el trabajo del equipo, así como la forma de eliminarlos o controlarlos.

Dentro del grupo de trabajo tenemos diversidad de actitudes, de experiencias, de antigüedad en la actividad, por lo tanto, los niveles necesarios de mayor o menor supervisión deben ser materia de una consideración positiva de gestión y de toma de decisiones. El nivel apropiado de supervisión depende de los riesgos en juego y del nivel de competencia de los trabajadores para identificarlos y tratarlos. No obstante, los trabajadores nuevos, en periodo de formación, realizando trabajos que presenten riesgos especiales o enfrentándose a situaciones nuevas, van a necesitar más supervisión que otros.

De todos modos, para asegurar que se cumplen adecuadamente las normas y procedimientos, siempre se requerirá y se debe asegurar un buen control del cumplimiento de éstas mediante una comunicación efectiva.

El supervisor como líder de seguridad no puede trabajar mediante un enfoque reactivo, implicando solamente respuestas a peticiones de ayuda, la proactividad es clave. El régimen de supervisión debe diseñarse y organizarse como parte de propio sistema activo de gestión de control. Debe prestarse especial atención a los problemas de los trabajadores que trabajan solos, trabajo compartido, a tiempo parcial, a los contratistas y a la continuidad en los cambios de turnos.

Los supervisores como líderes de seguridad y sus equipos de trabajo necesitan ejercitar la prudencia y el buen juicio, por ejemplo, cuando toman decisiones, cuando se solicita ayuda o asesoramiento, cuando se informa sobre riesgos o cuando se detiene un trabajo al considerar muy peligrosa su continuidad. De todos modos, se debería ejercitar la prudencia dentro del marco de control establecido a los niveles más altos de la organización.

Aunque la autoridad para actuar es de los supervisores y trabajadores individuales, no puede delegarse la responsabilidad final en el cumplimiento de los deberes legales. Se deduce que la Gerencia General debe asegurarse de que, aquellos ejercen la prudencia y el buen juicio, son competentes para hacerlo y tienen el entrenamiento e instrucciones claras.

El trabajo en equipo y la comunicación efectiva normalmente aumenta la prudencia de los supervisores y del resto de trabajadores. En situaciones en las cuales los supervisores adquieren más responsabilidades, necesitan llegar a familiarizarse con los nuevos riesgos y saber cómo están relacionados con las actividades del equipo en conjunto y de otras áreas.

Por lo tanto, un aumento en la prudencia y responsabilidad del supervisor necesita ir acompañado de suficiente entrenamiento y experiencia para desarrollar su capacidad de enjuiciamiento sobre los conceptos importantes en salud y seguridad del equipo bajo su responsabilidad.

* Director de Mantenimiento. First Majestic Silver Corp.