Conciencia plena colectiva en la empresa

Por: Juan Manuel González C.

La evidencia sugiere que la atención plena o conciencia plena(mindfulness en inglés) puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad, aumentar la resiliencia, el pensamiento divergente -proceso que genera ideas creativas mediante la exploración de muchas posibles soluciones-, satisfacción laboral y mejorar el enfoque y flexibilidad de liderazgo. ¡Todo eso! Cuando se trata de la capacidad de las personas y los equipos para prosperar en el trabajo, la cultura de un equipo superará repetidamente la práctica de la mayoría de los individuos. No es suficiente que las personas en el trabajo desarrollen su capacidad de manejar adecuadamente sus emociones si son hostigados persistentemente o trabajan en un equipo tóxico.

Es por eso por lo que se requiere también la práctica de conciencia plena del equipo. Así como alguien que la practica de forma individual se vuelve más consciente de sí mismo y menos crítico, con la conciencia plena en equipo, el equipo se vuelve más consciente y se acepta de sí mismo como equipo. Sus miembros son colectivamente conscientes de los objetivos, tareas, roles, dinámicas y estructuras del equipo. Esto es diferente de cada miembro del equipo que practica la conciencia plena por su cuenta y que tiene sus propios beneficios, se trata de que el equipo lo haga junto.

Está demostrado que los grupos que desarrollan conciencia plena en equipo se preocupan y ocupan por el bienestar de sus miembros. Son conscientes colectivamente de las tareas y objetivos que comparten, son conscientes de la dinámica que fluye inevitablemente entre los miembros del equipo y son capaces de abordarla.

Los equipos de trabajo que la practican experimentan menos conflictos entre sí y son psicológicamente más seguros. Ya sea cara a cara o virtual, los grupos que son conscientes a nivel de equipo lo harán mejor, especialmente cuando se enfrentan a una crisis. Basado en investigaciones realizadas en los últimos cinco años, se ha llegado a entender que la conciencia plena se desarrolla por tres aspectos clave: permitir, indagar y meta conciencia. 

Permitir
Es la sabiduría de aceptar la realidad actual y de abordar cualquier situación de manera abierta y compasiva. Aceptar las cosas tal como son no equivale a descuidar la responsabilidad de un equipo de cambiar aquello que debería cambiarse. Se trata de no poner una cantidad exorbitante de energía en desear que las cosas fueran diferentes de lo que realmente son o averiguar quién tiene la culpa (una reacción común a las cosas que van mal, especialmente en una crisis). Significa evitar las discusiones inútiles y preguntar cómo resolver el problema juntos.

Los miembros del equipo se animan mutuamente a compartir más sobre sí mismos, pero respetando las preferencias individuales y culturales. La conciencia plena del equipo por los demás aumenta a medida que descubren lo que les importa a sus colegas y las circunstancias en las que se encuentran.

Indagar
Preguntar e investigar es la capacidad de ser curioso en tres niveles: acerca de los miembros individuales del equipo y sus hábitos y preferencias (incluido el propio); acerca de su equipo y su dinámica; y sobre el sistema organizativo y social que le rodea.

Para satisfacer esta curiosidad, los equipos deben cuestionar y permitir momentos de reflexión. En las reuniones los equipos tienden principalmente a centrarse en el qué: abogar por los resultados y las metas, pero también necesitan incluir el cómo: investigar sobre los procesos de trabajo en equipo. Dar al equipo un momento para detenerse y reflexionar le permite identificar los hábitos que sirven y que no sirven al equipo y a sus objetivos.

Meta-conciencia
Es la capacidad de observar y describir experiencias desde una perspectiva individual, de equipo y de todo el sistema, en lugar de limitarse únicamente a las experiencias personales de cualquier individuo. Se da uno cuenta de su propia perspectiva y la del equipo en su conjunto, todo ello dentro de un cierto grado de conocimiento del sistema completo.

Los líderes de equipo suelen estar en la mejor posición para permitir la meta-conciencia, pero en un equipo consciente cualquier miembro debe tener el espacio y la oportunidad de aumentar la conciencia plena en las reuniones, ya sean cara a cara o virtuales. Esto ocurre cuando todos los miembros del equipo están conscientemente capacitados para llamar la atención sobre lo que está sucediendo, en la dinámica del equipo y en el momento presente.

El líder puede ayudar a usar prácticas cortas de conciencia plena para aumentar la estabilidad, la conciencia y el enfoque. Por ejemplo, meditaciones de unos minutos para comenzar una reunión, en la que los individuos simplemente se registran consigo mismos, se centran en el momento presente y forman una intención para la reunión.

Pero más que eso, el equipo debería tomar el espacio regularmente para considerar su propia dinámica y cualquier patrón en el que pueda estar atrapado. Respirando hondo y estando ligeramente separados del flujo de eventos, los líderes de equipo pueden ver las cosas con más claridad. Ese cambio hacia la meta-conciencia es particularmente útil en una crisis en la que las respuestas habituales ya no son adecuadas.

Por último, considere la posibilidad de designar a un miembro del equipo como “observador” en su próxima reunión. Su función es mantener el panorama general en mente y recordar al equipo las diferentes maneras de desarrollar el permitir, la investigación y la meta- conciencia.