La Entrevista

Dra. Margarita Bejarano Celaya 

Directora del Clúster Minero de Sonora

Cómo se conforma un clúster minero y para qué se conforma?

Desde la política industrial o la teoría económica la figura de un clúster es el elemento que ayuda al desarrollo de algún sector en especifico. A nivel global hay muchos ejemplos; diversos grupos sectoriales se han conglomerado con el objetivo común de detonar el desarrollo económico y social, es el caso de Silicon Valley en California, el clúster de la moda en Italia, o el clúster maderero en Tijuana, etc. Un clúster es la posibilidad de un grupo de actores económicos, sociales, que se agrupan con una identidad propia, con un objetivo común. 

En nuestro caso, somos un grupo de actores relacionados con el sector minero que deciden agruparse para potencializar su sinergia y generar ambientes de aprendizaje, de crecimiento y de desarrollo. Ahora, puedo decir que aquello que surgió inicialmente como una expectativa económica de mejorar la posición en el mercado de un grupo de empresarios, ha generado también una derrama social y creado un ambiente de aprendizaje que permite a quienes se involucran en el Clúster Minero de Sonora, potencializar su vinculación y en este sentido, mejorar sus opciones de desarrollo en todos los niveles.

A cinco años de creación del Clúster Minero en Sonora. ¿Cuáles han sido los logros principales?

En principio, debo decir que somos una organización muy joven y estamos aún sentando las bases; sin embargo, hemos logrado consolidar una identidad del sector minero en Sonora. Comenzamos en el 2015 con 25 socios y a la fecha contamos con aproximadamente 200 asociados, somos el clúster minero con mayor número de afiliados; creo que el logro principal del Clúster ha sido generar un ambiente de confianza en el sector, obviamente una confianza sustentada en la transparencia, en una metodología de trabajo científica, responsable, transversal.

El Clúster Minero de Sonora se ha convertido en el primer clúster a nivel nacional y en la primera asociación minera en ser reconocida como promotora de responsabilidad-social-empresarial, y eso para nosotros es muy representativo, porque asumimos el compromiso moral de acompañar a las mineras y a los actores agremiados en su ejercicio de mantener una política de responsabilidad social, además, hemos logrado que cada vez un número mayor de empresas se sumen a dicha dinámica. Es motivo de orgullo informar que sólo en este año 40 asociados recibieron el distintivo de Empresa Socialmente Responsable.

Adicionalmente, hemos logrado también otros proyectos que son muy importantes porque han surgido del diagnóstico que los propios grupos realizan en las 6 comisiones de trabajo que integran el Clúster. Aquí, quiero mencionar la realización del 5to Foro de Minnovación, evento que ya se volvió emblemático para nosotros y que se ha constituido a nivel nacional como un espacio para hablar de temas sociales, de relaciones comunitarias, innovación, y sustentabilidad en minería.

Cada una de las comisiones que integran el Clúster tiene un área muy específica de acción; la Comisión de Formación de Capital humano está muy enfocada en la bolsa de trabajo, la Comisión de Seguridad realiza el foro de  seguridad integral en minería, la de Desarrollo de Proveedores hace encuentros de proveeduría online; a la fecha y desde que se conformó el Clúster hemos concretado 5500 citas de negocios, que se traducen en oportunidades de  negocio y desarrollo para los proveedores.

El trabajo que se realiza en el Clúster es muy dinámico y activo, con los asociados hay un diálogo permanente para apoyarlos en los temas de capacitación, entrenamiento, mejores prácticas, etc. 

Cuál es el panorama de la proveeduría de la industria minera, comparativamente con otros países de Latinoamérica, de qué tamaño es nuestro mercado?

En México contamos con una excelente proveeduría, Hermosillo particularmente, ha sido reconocida como la capital de la proveeduría minera en México. Son miles de proveedores y de ellos tenemos ahora sólo una pequeña parte de agremiados, aunque todos son reconocidos no sólo por su gran calidad, sino por una larga  tradición en minería. Por otro lado, creo que también hay una enorme oportunidad de generar mayor desarrollo de estos proveedores a fin de que puedan transitar de una modalidad básica  de proveer productos y servicios, a otra más estratégica de ofrecer soluciones puntuales al sector minero. Es sabido que mucha de la tecnología se importa y en este sentido hay también un área de expansión para los proveedores locales que se atrevan a innovar e identifiquen éstas áreas de oportunidad.

Al mismo tiempo, tenemos un sector de la proveeduría que ya está exportando. En el Clúster, proveedores locales ya participan en otros países trabajando para minas importantes; el potencial es inmenso y debe aprovecharse el talento del capital humano que históricamente se ha desarrollado en el estado.

¿Cómo defines en general tu experiencia en el sector minero hasta ocupar la Dirección General del Clúster?

En cierto modo, creo que todos los sonorenses tenemos un vínculo directo o indirecto con el sector minero, independientemente del área en la que nos desempeñemos; de hecho, el gambusinaje fue una actividad familiar en algun momento. Siento que mi formación profesional como economista me ayudó a identificar la relevancia del sector minero como una entidad económica y una estructura social global, lo estratégico de esta actividad, sus implicaciones con el desarrollo social y económico y su capacidad derramadora de recursos y beneficios. 

Antes de incursionar en el sector, estuve abocada a la academia, colaboré con algunos centros de investigación social en universidades locales y la minería siempre fue un objeto de interés en mis estudios. Al finalizar mi doctorado en ciencias sociales, me especialicé en temas sociológicos, económicos, pero más orientados a cuestiones de género y de desarrollo social. Es entonces que surge la propuesta de trabajar en el área de vinculación comunitaria de Grupo México, donde me hice  cargo de la responsabilidad comunitaria de esa empresa en Sonora. A partir de ese momento tuve la increible oportunidad de conocer el funcionamiento del sector, de vivir en comunidades mineras, como Cananea Nacozari y Esqueda y me enamoré del sector.

Después de cumplir un ciclo en Grupo México, surgió la oportunidad de arrancar los trabajos en el Clúster minero de Sonora, proyecto que se había estado planeando desde hacía varios años y que por factores diversos no se había podido concretar. Recibo la invitación de participar en ese proceso y desde el 2015 estoy a cargo de la Dirección General. Ha sido una responsabilidad que me honra y me ha llenado de satisfacción y aprendizaje.

De que forma se han afectado las operaciones del Clúster con motivo del Covid?

Yo diría que más que afectarnos nos ha dado la posibilidad de innovar de un modo que no sabíamos que podíamos hacerlo. La pandemia nos obligó a través del home office a buscar nuevas formas de comunicarnos y nos dimos cuenta que el uso de las tecnologías para trabajar pero sin reunirnos físicamente, nos facilitaba y agilizaba muchos procesos. Es el caso de Sonora, donde las unidades mineras están alejadas y se vuelve complicado una cita presencial; de pronto, transitar al medio virtual nos ha facilitado el trabajo y vemos que también la participación se ha incrementado. En el Clúster nos hemos atrevido a utilizar tecnologías que muy pocos están utilizando, como los campus virtuales, la plataforma en la que se llevó a cabo el evento Minnovación. 

Desde que comenzó la pandemia hemos estado haciendo muchos webinar, sesiones por zoom. En Minnovación trabajamos con una nueva plataforma que – prácticamente – no había sido utilizada en el sector minero en México. Es una plataforma diseñada claramente para hacer vinculación, no sólo de modo virtual, sino online; en tiempo real los participantes pueden moverse como en un videojuego con un avatar, conversar con gente. Es lo más cercano a una interacción real pero desde la seguridad de tu computadora. 

En Minnovación se presentaron conferencias, charlas, ponencias magistrales, paneles con una cartelera internacional de muy alto nivel. En el evento se logró una gran participación y no sólo de Sonora, sino de otros estados, e incluso de gente de otros países. 

Debo decir que para nosotros la pandemia ha sido un parteaguas porque encontramos la manera de estar cerca de nuestros asociados. Cuando empezó la emergencia por el tema Covid y la minería no fue considerada actividad esencial, el impacto fue muy severo para nuestros proveedores porque algunos de ellos debieron cerrar, en ese momento nos dimos a la tarea de buscar soluciones y acompañarlos en sus necesidades de vinculación; se organizaron encuentros de negocios virtuales a través del zoom y otras plataformas, se visitaron minas y se accedió a las áreas de compras y abastecimiento. Incluso, esta modalidad resultó al final del día mas eficiente ya que se ahorró en rubros como traslado, viáticos, hospedaje, etc.

El tema de la pandemia sin lugar a dudas nos ha afectado a todos de alguna forma, pero creo que en Sonora hicimos un buen trabajo, nos adaptamos a las nuevas condiciones y seguimos adelante; lo anterior creo, es sólo una muestra de la fortaleza del sector minero, somos una industria resiliente y sabemos también que las crisis traen oportunidades y debemos trabajar en ellas. 

Sonora es uno de los estados con mayor producción minera y en su territorio se desarrolla un gran número de proyectos, sobre las condiciones que tenemos actualmente en cuanto a políticas mineras o la inexistencia de políticas mineras, cómo se ve afectada la actividad en ese estado?

En realidad, el sector minero ha sido tradicionalmente incomprendido, creo que por décadas se ha carecido de políticas públicas integrales, de política económica; en general, de una política industrial que realmente sea promotora del desarrollo y sea facilitadora de la actividad minera. Identificamos claramente lo anterior si hacemos una comparación con otros países; en Chile por ejemplo, existe un ministerio de minería, y en México no sólo no tenemos una Secretaría para el sector, sino que el aparato institucional se va reduciendo, se limita y se le quitan recursos.

Lo anterior, es un reflejo de la importancia que para el sector gobierno representa la minería y obviamente son noticias muy desalentadoras porque la minería es un sector que se mueve en cadenas globales y depende también de la inversión extranjera directa para detonar; ha habido algunas medidas de política económica que han hecho que el sector haya perdido competitividad en los últimos años con relación a otros países; es el caso particularmente de la no deducibilidad en los gastos de exploración. Sonora cuenta con un enorme potencial y pasó de tener 400 – 500 proyectos de exploración a sólo 200 con este cambio en la política fiscal. El tema de la exploración no se ha recuperado a los niveles del 2010 y no vemos que haya una intención clara por dar marcha atrás a esta limitante. Las señales que se han estado mandando desde el gobierno federal para limitar, contener y de alguna manera sobreregular un sector -que de por sí es muy normado-, han marcado un estado de desconfianza generalizado y esto definitivamente, ha impactado. Debe asumirse el hecho que hay una visión de riesgo que se observa en el país para invertir en minería.

Adicionalmente, el tema de la inseguridad no se puede dejar a un lado. En Sonora, algunos municipios y regiones donde se realiza la actividad minera, constituyen un polo de desarrollo, se generan fuentes de trabajo limpias y productivas, todo esto se ha visto afectado por el crimen organizado. No existe una  política de seguridad nacional que resuelva, atienda y dé certeza. Nosotros en tanto, continuamos trabajando y perseveramos en lograr que haya un entendimiento sobre la importancia del sector y lo estratégico que es la minería para el desarrollo nacional, seguiremos pugnando para que las necesidades del sector se analicen de forma integral y esta actividad continúe siendo un detonante de la actividad económica  y de desarrollo social.

Por qué no hemos logrado transmitir después de tanto tiempo, no sólo al aparato gubernamental, sino a la sociedad en general la importancia y trascendencia que tiene esta industria?

Primero, debo decir que ha sido un lento y largo proceso de aprendizaje sobre el papel trascendental que la minería debe jugar en la participación social. Por mucho tiempo nos asumimos como un sector productivo que interiorizaba y lo hacíamos muy bien, teníamos muy clara la función de producir, de generar ambientes de trabajo seguros, productivos, eficientes en costos etc. Es decir, trabajábamos muy hacia adentro pero no comunicábamos hacia fuera.

Desde hace algunos años se identificó esta necesidad de comunicar y creo que en este sentido el sector ha sido valiente porque tradicionalmente habíamos estado amortiguando muchos golpes externos sin ninguna réplica, lo cual más que un error ha sido también un aprendizaje. Ahora, tenemos muy claro  que comunicar es también parte de nuestra función porque la minería de hoy es diferente y los retos que se enfrentan son cada vez más sociales.

Hoy, debemos adoptar un papel decisivo, tenemos que brindar a la sociedad una voz informada, profesionalizada, pero esta voz tiene que ser cálida y humana a la vez. En el pasado, cuando salíamos a comunicar lo hacíamos en términos cuantitativos, es decir, se hablaba de producción, de toneladas, de millones y de onzas, y eso era un lenguaje que no hacía click con la sociedad. Yo creo que eso ha cambiado y ahora estamos en un muy buen momento, existe una mayor apertura y canales distintos de comunicación, identificando que cada stakeholder es importante, hemos trabajado en el tema de la empatía para generar diálogo y entender las necesidades de la otra parte. Creo que todas estas acciones nos han dado la oportunidad de lograr una transformación desde adentro. De ser un sector tal vez rígido y tradicional, nos hemos abierto lentamente a las nuevas posibilidades de la diversidad, de la inclusión y la empatía.

En conclusión, nuestro discurso debe transitar de lo técnico a lo social; creo que ese es el principal desafío que la minería enfrenta, porque de alguna manera el tema técnico está muy bien manejado. La transición tecnológica ha sido realmente fabulosa y nos permite contar hoy día con una minería moderna, con una minería cada vez más compatible con el medio ambiente, con las comunidades.

Cómo vislumbras a la industria minera mexicana en el corto y mediano plazo?

Yo soy muy positiva y creo que estamos abriendo brechas, caminos diferentes para comunicar y hacer minería; en ese sentido, me entusiasma mucho saber que las nuevas asociaciones, los clústers, el WIM, las y los estudiantes de las diferentes instituciones de educación superior, vienen empujando con gran energía y traen un compromiso tan inspirador que me permite ser optimista con respecto al futuro. Tenemos que aventurarnos a ser diferentes desde la minería y esto nos puede dar la posibilidad en el mediano y largo plazo de lograr un acercamiento no sólo con las comunidades y los stakeholders, tenemos también mucho que ofrecer a las instituciones en un diálogo abierto para que la actividad sea mejor entendida, creo que vienen muchos retos por delante, pero de igual forma, estoy convencida que estamos preparados para enfrentarlos.

Cuáles serían esos retos?

La sustentabilidad en minería es un reto porque el futuro de nuestro mundo está en juego; el tema de la transición energética, la apertura a la inclusión de género con verdadera equidad para las mujeres; este tema en particular ha avanzado muy lentamente, y aunque celebro que vivamos dicha incursión, esta no garantiza plenos derechos, o total acceso de las mujeres a cualquier puesto. La discriminación salarial es un tema transversal en el país y no es privativo de la minería, pero en la medida que podamos ser un sector inclusivo seremos también un sector que afronte de mejor manera sus retos.

Otro reto importantísimo es la transición generacional, la apertura hacia las nuevas generaciones que vienen con otra visión y otra relación con la tecnología. Una tarea fundamental y que no podemos dejar de lado es el diálogo con las autoridades en el ámbito minero, debemos ser capaces de enseñarles que somos un agente de cambio para impulsar el desarrollo y crecimiento económico y social.

Finalmente, necesitamos mejorar también nuestra comunicación con las comunidades donde se alojan las operaciones mineras y esto es sin lugar a dudas una enorme  área de oportunidad. Es muy satisfactorio constatar como las empresas mineras han ido profesionalizando y generando modelos de vinculación comunitaria muy sofisticados. Puedo afirmar con toda certeza que podemos tener hoy modelos de exportación de vinculación comunitaria. El trabajo en este rubro que se ha realizado en los últimos 10 años ha sido de verdad sorprendente y todavía hay mucho por hacer.

Hace algunos años escribiste un libro sobre las condiciones laborales de la mujer … Cuáles son los cambios que ha habido desde entonces, específicamente  en el sector minero? 

Desde que lo escribí han pasado muchos años y lamentablemente las estadísticas se han movido muy poco; nos han vendido un discurso de que la mujer ya está en todo, pero realmente, si escrudiñamos la condiciones de las mujeres en los entornos aborales, nos damos cuenta que  la situación prevalece, que las mujeres están precarizadas en sus entornos, que las políticas laborales no han terminado de entender la importancia del trabajo productivo y reproductivo de la mujer. Todavía se tiene una enorme deuda con la fuerza laboral femenina en cuanto a la conciliación de la vida y el trabajo.

La incursión de la mujer en la minería ha sido muy lenta y quisiéramos ver a más mujeres participando en el sector, sin embargo el hecho de que hoy en día un 15% – 17% de la planta laboral esté conformado por mujeres es un inmenso logro para un sector tan tradicional y estructurado como el minero. Sólo por dar un ejemplo, a 100 años de creación de la Cámara Minera de México y habiendo tantas mujeres en minería tan talentosas, apenas ahora este organismo es dirigido por una y tenemos en Karen Flores, una inspiración y un ejemplo a seguir.

Se están moviendo estructuras y celebro que así sea, se han realizado cambios importantes y todos cuentan; algunas empresas ya tienen firmados compromisos de inclusión de mujeres o de aumento en sus metas de equidad y esto es muy bueno. Sin embargo, hay un reto muy fuerte en este sentido y es que la teoría ha demostrado que no se trata sólo de “agregar mujeres y punto”; para que una mujer pueda permanecer en una estructura laboral y tenga la posibilidad además de lograr una carrera ascendente, debe cambiar también la infraestructura y la cultura de la organización y eso es algo que se mueve muy lento. ¿A qué me refiero? ¿Cuántas minas y áreas administrativas cuentan con sala de lactancia?, ¿Qué políticas de conciliación y de trabajo existen? Las mujeres siguen teniendo que decidir entre trabajar o tener vida, ascender en el puesto o casarse, entre permanecer en el puesto o tener hijos, y esto es inequitativo e injusto.

Por otro lado, el tema de la violencia y acoso al interior de las empresas sigue dándose en todos los niveles, y esa es la principal limitante para que las mujeres logren hacer una carrera ascendente porque de pronto tienen que optar entre denunciar o renunciar. ¿Y qué sucede? Que la historia laboral de muchas mujeres indica estancias muy cortas en varias empresas y sin hacer carrera firme. En este sentido, tendría que revisarse la estructura que está impidiendo que las mujeres hagan carrera de largo plazo por un lado y que sea ascendente, desde el punto de vista cualitativo.

Siempre comento que una golondrina no hace verano, y que yo esté encabezando la dirección de un clúster minero no significa que la condición para el resto de las mujeres haya cambiado. Creo que trabajar en ambientes masculinizados es siempre complicado. Quienes estamos en minería somos en general personas muy resilientes, tenemos un entendimiento y  funcionamiento de la vida y de la tierra que nos acerca a ese compromiso de trabajar por un bien común.

Nos han vendido la idea de que estamos en todo y de forma muy coloquial dicen: “Cuidado, porque ya las mujeres nos están quitando el poder”. Pero en realidad, cuando se revisan las estadísticas, encontramos que ni siquiera el 1% de las mujeres ocupa cargos directivos. Lo anterior, significa que  no podemos cejar en la lucha de crear mejores condiciones y de generar además un ambiente aspiracional, para que más mujeres en minería trabajen en condiciones dignas.

Qué es lo que ha cambiado a 10 años de distancia?

Ha cambiado que somos un poco más visibles, porque justamente el hecho de que algunas mujeres ocupen hoy en día puestos directivos o de toma de decisión ha generado un entorno favorable para las mujeres y a la vez, un ambiente aspiracional para las nuevas generaciones; pero esto no necesariamente son mejores condiciones. Al respecto, siento que contar con una Asociación como lo es WIM (Women In Mining) es muy importante y es una herramienta adicional también para las mujeres. Entonces, sí, hemos avanzado, no al ritmo que quisiéramos, el reto de inclusión de la mujer en la minería es todavía enorme.

Estás de acuerdo en las cuotas de género?

Las cuotas son necesarias porque a veces son la única forma para que las mujeres tengan acceso y desde la teoría económica feminista justamente las cuotas de género se han buscado. La cuota es una forma obligada de resarcir la discriminación y en ese sentido a mi no me dan miedo, creo que son una respuesta, que además tendría que ser temporal. 

Una cuota se establece en tanto pueda generarse una condición a mediano plazo que permita una competencia equitativa entre hombres y mujeres, actualmente esto no existe porque el piso no es parejo. Creo que está bien que las empresas informen por ejemplo, que en el año 2025 se incrementará el porcentaje de mujeres en tales áreas porque es la única forma de empujarlas y aún así vemos mucha resistencia. No obstante, siento que el problema es mucho más complejo, las cuotas pueden ser una forma de tratar de solventar, pero si lo que no cambia de fondo es la estructura que permita reconocer capacidades y cualidades y que además se entienda que como seres humanos y como personas en un mercado laboral, también tenemos necesidades distintas, va a ser muy difícil lograr la equidad de género.

Principalmente, debe trabajarse sobre tres líneas fundamentales. La estructura, la infraestructura y la cultura. Son tres las vertientes que nos permiten identificar donde están los retos; si la estructura no cambia, si no generamos que los ascensos se den, no lo vamos a lograr. Pero si ya llegamos y no hay una infraestructura de soporte, que incluso tiene que ver con una infraestructura física, las mujeres no van a permanecer. A lo anterior debe agregarse además un cambio en la cultura, es decir, tiene que modificarse la idea de que las mujeres no son aptas para tomar decisiones, que son débiles y que no pueden. 

Cuáles han sido a lo largo de tu trayectoria profesional tus principales logros?

En el ámbito profesional han sido muchos y muy satisfactorios, he disfrutado cada etapa de mi vida profesional. En la parte académica tuve logros muy importantes (fui reconocida como miembro del Sistema Nacional de Investigadores mientras estuve en la academia) que me permitieron desarrollar habilidades para trabajar en el sector privado.

Ahora, con toda certeza, puedo decir que fue un factor determinante dejar la academia y entrar de lleno al reto de la toma de decisiones. En este punto, hice una reflexión muy crítica sobre todo lo que había hecho y entendí que si ese conocimiento tan valioso que ya había generado no lo ponía al servicio de la sociedad en un aspecto contundente con entregables, podía ser un desperdicio en todos los sentidos

Cuáles son los retos para Margarita Bejarano?

El reto es aprender siempre cosas nuevas y a la vez, mantener un ambiente que me motive todo el tiempo, quiero sentir que lo que hago tiene un significado e incide en mi entorno. Soy muy afortunada porque en el Clúster Minero existe un margen de crecimiento muy amplio; tenemos un liderazgo fresco, alentador, innovador, propositivo. El equipo de trabajo está muy comprometido con las tareas y retos que desempeñamos. Adicionalmente, el presidente Alberto Orozo, ha sido un gran motivador del desarrollo humano y de la inclusión de las mujeres.

El tema de la maternidad siempre es un reto para las mujeres, combinar trabajo y familia genera de alguna manera cierta presión; en mi caso, quiero seguir disfrutando de ambos aspectos en mi vida.

Finalmente, un reto muy importante para mí es el compromiso que tengo con la equidad de género, busco que este discurso del entendimiento de la equidad trascienda, que no solamente sea una moda, o una postura políticamente correcta. Desde mi propio espacio, trabajo para lograr que un número mayor de mujeres lo entienda y que más hombres sean nuestros aliados.