Ponciano Aguilar Frías (1853-1935): Ciencia en las Provincias

Por: Elizabeth Ferry 1, Elia Mónica Morales Zarate2Traducido por Lucila Martínez Torres

La vida de Ponciano Aguilar Frías, ingeniero Civil, superintendente de mina, profesor y coleccionista de minerales, de la ciudad d Guanajuato, en el centro de México, es un buen ejemplo de colaboración internacional y multidisciplinaria en mineralogía. Hoy en día su colección está preservada en el Museo de Mineralogía de la Universidad de Guanajuato.

Resumen

Debido a que la base de datos de mineralogía proviene de pequeños especímenes recolectados en todo el mundo, la mineralogía ha sido siempre un esfuerzo colaborativo entre gente de diferentes lugares y con diferentes formas de vida: científicos profesionales, dueños de minas, mineros y gerentes de minas, proveedores comerciales y coleccionistas de muchos países. A pasar de que en muchas ocasiones hay fricciones entre estos grupos, debemos recordar que el inmenso tesoro de información para el estudio y apreciación de las rocas y minerales proviene de la combinación de las actividades de todos ellos.

La vida de Ponciano Aguilar Frías, ingeniero civil, superintendente de mina, profesor y coleccionista de minerales de la ciudad de Guanajuato, estado en el centro de México, nos da un buen ejemplo de esta colaboración internacional y multi-ocupacional en la mineralogía. Además, su vida, trabajo y colección, muestra que las ciencias de la tierra se comenzaban a practicar no sólo en Europa, Estado Unidos y la élite central del Colegio de Minería en la Ciudad de México, sino también en los centros mineros de provincia como en Guanajuato.

Abstract

Because the database of mineralogy comes from tiny specimens gathered the world over, mineralogy has always been a collaborative endeavor between people from many places and many walks of life: professional scientists, mine owners, mine managers and miners, commercial dealers and collectors in many countries. Though there is sometimes friction between these groups, we should remember that the immense treasure house of minerals and rocks available for study and appreciation comes from the combined activities of all of them.

The life of Ponciano Aguilar Frías, a civil engineer, mining superintendent, professor and mineral collector from the city of Guanajuato in central Mexico, gives us a fine example of this international and multi-occupational collaboration in mineralogy. Furthermore, his life, work and collection show that the earth sciences were being practiced not only in Europe and the U.S. and not only in the elite center of Mexico City’s Colegio de Mineria, but also in provincial mining centers like Guanajuato.

La mineralogía en México, 1880s

En una edición inicial de Mineralogical Record, Wendell Wilson recopila la ilustre historia del Real Seminario de Minería en la ciudad de México, que fue fundado por el Rey de España en 1793 para reformar las carencias de la industria minera en la Nueva España (Wilson 2011). Después de alcanzar la  independencia de España, el Real Seminario continuó capacitando a los hijos de los dueños de las minas, ahora bajo el nombre de Colegio de Minería. Los graduados del Colegio de Minería se insertaron en las compañías mineras, trabajando para el nuevo gobierno y enseñando en las escuelas de minería que se encontraban en  provincia. Una de ellas fue la Escuela de Minas de Guanajuato fundada dentro del Colegio de la Purísima Concepción (hoy Universidad de Guanajuato) en 1828.

La guerra por la  Independencia de España (1810 – 21) y la subsiguiente inestabilidad política (entre 1825 y 1855 la presidencia cambió de manos 48 veces) hizo extremadamente difícil que se establecieran instituciones capaces de promover la investigación científica. Ni la derrota humillante, ni la pérdida de más del 50 por ciento del territorio nacional ante Estados Unidos en 1848, condujeron a un entorno propicio para el avance del conocimiento. Los historiadores José Alfredo Uribe Salas y María Teresa Cortés Zavala, escribieron:

La incertidumbre y la inestabilidad política que caracterizaron a México después de la Guerra de Independencia agotaron los intentos de diferentes gobiernos para restablecer el sistema educativo en base al apoyo para el cultivo de las ciencias, por lo que las actividades relacionadas con la geología fueron confinadas a un maltratado Colegio de Minería a pocos exploradores geológicos extranjeros. (Uribe Salas y Cortés Zavala 2006).

Sin embargo, para los años 1880´s, con la reanudación de la estabilidad política bajo la bandera de las ciencias y la modernización, las ciencias de la Tierra volvieron a florecer. La Sociedad Científica Antonio Alzate (fundada en 1884) y el Instituto de Geología (fundado en 1888) se convirtieron en los centros de investigación y discusión mineralógica, geológica y otras ciencias descriptivas. Mientras muchas de estas actividades se centraron en la ciudad de México, pequeños centros mineros, como Guanajuato y Real del Monte, también fueron centros de científicos aficionados y profesionales donde se llevó a cabo investigaciones y se formaron colecciones. Durante estos años, Ponciano Aguilar alcanzó la mayoría de edad en la ciudad de Guanajuato, lugar de la mundialmente conocida Mina de Valenciana.

Guanajuato

El Distrito Minero de Guanajuato se localiza en la parte central del estado de Guanajuato. La leyenda local cuenta que la plata fue descubierta en en 1548, por unos arrieros a su regreso de Zacatecas. Sin embargo, la escala de exploración fue relativamente pequeña hasta 1768, cuando se dio una gran bonanza en la Mina de Valenciana. Descubrimiento que transformó el futuro de la ciudad. Desde aquel tiempo, el Distrito de Guanajuato ha producido más de mil millones de onzas de plata. David Brading (1971) reporta lo siguiente:

Al final dl siglo XVIII Guanajuato era el líder productor de plata en el mundo. Su producción anual de más de 5 millones de pesos ascendió a 1/6 del total de lingotes americanos, oro y plata combinados, e igualó a toda la producción del Virreinato de Buenos Aires o Perú.

Para la segunda mitad del siglo XVIII Guanajuato era, entonces, el líder minero de plata en Latinoamérica. En aquellos años, Guanajuato se convirtió en centro de cultura, educación y religión para la región del Bajío. Cuando Alexander Von Humboldt visitó la ciudad en 1803, comentó con sorpresa poco halagadora:

Uno se sorprende de ver en este lugar salvaje, grandes y hermosos edificios en medio de miserables chozas indias. La casa de Don Diego Rul (ahora Palacio Legislativo), uno de los propietarios de la mina de Valenciana, sería un adorno para las mejores calles de París y Nápoles.

La industria minera de Guanajuato fue muy afectada en la primera mitad del siglo XIX por la Guerra de Independencia y la subsecuente inversión Británica en la minería, pero revivió con el descubrimiento y bonanza de los yacimientos minerales en las minas cercanas al poblado de La Luz en 1840. (Blanco et al. 2000; Jáuregui 1996).

Durante la última mitad del siglo XIX, una nueva ola de construcción francófila a lo largo del elitista Paseo de la Presa, y la construcción de los principales edificios públicos, como el Teatro Juárez, añadieron gracia física a la ciudad. El Colegio de la Purísima Concepción fue renombrado como Colegio del Estado en 1870 y se convirtió en centro de estudio científico. El profesorado incluía al naturalista Franco-Mexicano Alfredo Dugés y a dos distinguidos mineralogistas, Don Vicente Fernández y Don  Severo Navia.

Nacimiento, familia y educación

Ponciano Aguilar nació en 1853, hijo de sastre. Estudió Ingeniería de Minas en el Colegio del Estado de Guanajuato, graduándose en 1876; laboró para la Negociación Minera la Luz y Anexas. Durante su primer trabajo, comenzó a coleccionar especímenes. En 1879 contrajo nupcias con  Micaela Zavaleta Pérez-Galvez, miembro de una rica y prestigiosa familia minera (Jáuregui 2002). Su matrimonio lo introdujo al centro de la aristocracia de Guanajuato, y su educación católica, lo hizo el candidato ideal para puestos docentes en le Colegio y contratos en trabajos mineros y públicos.

En esta fotografía aparecen al centro, el Ing. Ponciano Aguilar y parado atrás de él, su último y más destacado alumno, el Ing Eduardo Villaseñor Söhle.

Trabajo profesional

Además de su experiencia en minería, Aguilar tuvo entrenamiento como Ingeniero Civil, y trabajó en presas, túneles, vías de ferrocarril y tranvías en la ciudad y en el estado de Guanajuato. Entre 1887 y 1896 Aguilar preside la construcción de un nuevo embalse para la ciudad (localizado al noreste), la Presa de la Esperanza, respondiendo a las crecientes necesidades de la ciudad y su revitalizada economía minera. Entre otros  proyectos que Aguilar dirigió, destacan el camino de Guanajuato a Santa Rosa de Lima, a 15 kilómetros de distancia, y la construcción del túnel  El Coajín en 1908, que aminoró las inundaciones periódicas en la entidad. La peor inundación ocurrió en julio 1-2, en 1905, cuando el agua alcanzó los 5 a 5.5 metros por arriba de la banqueta y destruyó parte del centro de la ciudad, muriendo al menos 73 personas (Rickard 1907).

La siguiente estrofa anónima resume la importancia del trabajo de ingeniería civil de Aguilar en beneficio de Guanajuato:

Dos cosas has hecho tú
Que a la ciudad han salvado
Uno que quita la sed
Y otra, de morir ahogado
(Jáuregui 2002)

Aguilar trabajó periódicamente como ingeniero minero en diferentes compañías en Guanajuato, generalmente, como superintiendente de mina. Tenia la facilidad de coleccionar especímenes minerales libremente y formó una colección impresionante. Desarrollar, clasificar y mantener esta colección, se convirtió en uno de los aspectos centrales de su trabajo científico.

Finalmente, impartió cursos de ingeniería de minas y mineralogía en la Universidad de Guanajuato por 57 años, de 1877 -1934.

Investigación

Aguilar pasó varios años desarrollando un nuevo método para la identificación de minerales por medio del arco eléctrico (llamado arco voltaico). Dedicó mucho tiempo de trabajo a desarrollar este proceso y lo usó para identificar los especímenes de su colección. Fue invitado por la Sociedad Antonio Alzate para hablar de su nuevo procedimiento, en 1919, y para muchos otros públicos, aunque no vivió para ver la perfección y difusión de su método. Después de su muerte, al parecer, su hija escribió a la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México, recibiendo la siguiente réplica:

En la técnica de análisis piroeléctrico usando el arco voltaico para la identificación de minerales inventado por su querido padre, los inicios del método actual de espectrofotometría atómica que ha invadido los laboratorios … se pueden discernir. El hecho de que en 1930 su noble padre haya hecho un cambio sustancial en los métodos de análisis (de minerales) demuestra la mente de un inventor que se adelanta a esta época, por lo que los hombres en los años futuros podrían seguir el trayecto establecido por él para mejorar las técnicas. junio 27, 1975. (Colección Ponciano Aguilar, caja 98).

Es una pena que las primeras  investigaciones  de Aguilar en estos procesos nunca recibieron reconocimiento público.4 

El descubrimiento de la  Aguilarita

En 1890, Aguilar trabajaba como superintendente de la mina San Carlos en las afueras de Guanajuato. William Niven, un coleccionista  de campo para el distribuidor de minerales con sede en Filadelfia George L. English, visitó Guanajuato y conoció a Aguilar, quien le proporcionó algunos  especímenes (Wilson 2006). Aparentemente, se discutió si algunos de ellos eran de una nueva especie mineral. A su retorno a Estados Unidos, Niven dió los especímenes al Dr. Frederick Genth, un químico de Filadelfia. A su vez, Genth llevó los especímenes al Dr. Samuel L. Penfield, cuyos análisis demostraron que además de plata y selenio, los especímenes contenían azufre, lo que los distinguía de la acantita (Ag2S) y de la naumanita (Ag2Se). Tomando en cuenta lo anterior, Genth identificó los especímenes como una nueva especie, que fue denominada como Aguilarita en honor de su descubridor (Genth 1891). La fórmula química determinada de este espécimen fue Ag4SeS.

Carta de Niven a Don Ponciano Aguilar 1891.

[El espécimen tipo de aguilerita fue comprado por el Museo de Historia Natural de Chicago de Wards Natural Science en 1893, después del cierre de la exhibición Columbina].

El 14 de febrero de 1891, Niven escribió a Aguilar diciendo:

Querido Amigo – Tengo mucho gusto en informarle que el seleniuro de plata ha sido analizado por el profesor Genth, encontrando un nuevo mineral, que ha sido llamado “aguilarita” a sugerencia mía. Es la más interesante especie y yo sinceramente lo felicito. Cordialmente suyo, Wm. Niven. (Colección Ponciano Aguilar, caja 98).

Un año después de haber notificado a Aguilar del nuevo mineral bautizado como aguilarita, Niven volvió a escribir, en febrero 8, 1892, esta vez, mandando un espécimen de sus propias exploraciones.

Le estoy enviando un espécimen de un granate rosa en el que he estado trabajando desde la última vez que lo vi. Me gustaría saber de Usted. ¿Ha encontrado mas aguilarita? Me gustaría un bonito espécimen para mi colección particular. Le daré mas detalle de las perspectivas de este país cuando sepa mas de Usted. Suyo sinceramente, Guillermo Nieven. Wm. Nieven. (Colección Ponciano Aguilar, caja 98).

Pedro Monroy, uno de los principales ingenieros mineros de México, escribió a Aguilar para “felicitarlo por el honor de que había sido objeto” y le solicitó un ejemplar.

Desde su descubrimiento, la aguilarita no sólo ha sido agregada al legado de minerales descubiertos por primera vez en México, también junto con las especies acompañantes naumanita y acantita, ayudó a la investigación sobre la paragénesis del distrito minero de Guanajuato ayudando a los geólogos a mapear la relación  selenio-plata en diferentes niveles. (Francis et al., 1999)

Vida social y civil

Aguilar se convirtió en un prominente miembro de la élite social y política de Guanajuato. Fue miembro del Casino Social Club, presidente del grupo Pro-Guanajuato (la primera organización en la ciudad para la preservación urbana),  y vicepresidente, en 1923, del Concurso Fraterno Los Hijos del Colegio del Estado. También fue representante del estado.

La posición de Aguilar en la ciudad fue lo suficientemente importante que en 1914, ocho días después de que las fuerzas revolucionarias tomaron la ciudad, fue encarcelado junto con otras siete figuras prominentes. Permaneció encarcelado por 97 días (Jauregui 2002). En su autobiografía en sus documentos personales, Aguilar comentaba esta experiencia, diciendo: No culpo a la Revolución ni acuso a nadie (por haber sido encarcelado), para aquellos que me culparon ya tendrán oportunidad de arrepentirse. (Colección Ponciano Aguilar, caja 7 folder 10).

Cuando Aguilar cumplió 50 años de servicio profesional, sus amigos, colegas y estudiantes organizaron una serie de celebraciones, incluyendo varias placas en su honor en diferentes partes de la ciudad, se llevó a cabo una tardeada literaria y musical en el suntuoso Teatro Juárez y se le hizo entrega de una medalla de oro y cena conmemorativa (Jauregui, 2002).

Relaciones internacionales

 Aunque nunca vivió fuera de Guanajuato, Aguilar mantenía correspondencia con muchos científicos y coleccionistas en Estados Unidos y Europa. Sus archivos están llenos de correspondencia con sociedades mineralogistas y científicas, y con artículos mineralógicos y citas en español, inglés y francés. Artículos como Conklin´s Vest Pocket Argument Settler (1896).

Como miembro de la élite de Guanajuato, sus gustos culinarios también fueron internacionales. La cena en honor de sus 50 años de vida profesional, fue impresa en francés e incluyó platillos como dindoneaux truffées (pavo relleno con trufas), platillos que sería difícil encontrar en Guanajuato hoy en día.

Mientras su gusto en la comida era afrancesado, las transacciones sobre la colección de los minerales de Aguilar, se centraron en América, y mucha de su correspondencia e intercambios fueron dentro de México y Estados Unidos. 

En 1906, ayudó a planear y guiar un viaje de campo por las minas de Guanajuato para geólogos visitantes como parte del Congreso Geológico Internacional. En 1912 atendió el primero de una serie de congresos patrocinados por la Sociedad Científica Antonio Alzate. Recibió visitantes de Francia, Italia y Estados Unidos, especialmente a aquellos que tenían interés en la minería, ingeniería civil y mineralogía (Rionda Arreguin 1989). Fue miembro del Club Rotario,  de National Geographic Society, la Societé Academique de Histoire Internationelle y la American Association for the Advancement of Science, entre otras.

Ponciano Aguilar. Finales del siglo XIX y principios del siglo XX.

Construyendo una colección mineral

Aguilar trabajó en formar su propia colección mineral la mayor parte de su vida, y esta le sirvió no sólo como fuente de investigación científica, sino que fue una colección representativa de Guanajuato, y en menor grado, de minerales mexicanos. Desde su trabajo en las minas y su vida en la localidad minera, muchos de sus especímenes venían directamente de las minas locales. En el inicio de su carrera, y debido a su puesto de superintendente de mina y su trabajo como ingeniero civil, tenía la facilidad de colectar minerales y muchos más de mineros y otras personas. (por lo que el autor conoce, no había distribuidores de minerales hasta 1940). Varios de los especímenes registrados en sus libros tienen un precio al costado, generalmente entre 50 centavos y 2 pesos, lo que representa la evidencia de que algunos especímenes fueron comprados y otros al parecer, fueron colectados por él mismo. Sus notas no tienen fecha de registro, pero se pueden datar alrededor de los inicios del siglo XX, se observa que esos precios eran atractivos para los mineros, muchos de ellos no ganaban más de 1 peso por día.

A medida que crecía su colección, Aguilar compró especímenes de distribuidores, como Henry Minod (contador, mineralogista y geólogo), de  quien adquirió 200 especímenes, principalmente europeos (colección Ponciano Aguilar, caja 64). Y, como la mayoría de los coleccionistas, Aguilar formó su colección haciendo intercambios. El estado de su colección y su reputada fortaleza sobre los minerales mexicanos y en particular los minerales de plata, lo ayudaron a establecer redes. Esto le permitió mas adquisiciones. Por ejemplo, Lazard Cahn, un prominente comerciante de minerales de Estados Unidos,  envió una carta el 26 de julio de 1907, sin duda  a muchos coleccionistas y comerciantes de minerales en México y otros lugares, para solicitar una serie de minerales mexicanos, incluyendo aguilarita y otros se ofrecieron para intercambio (colección Ponciano Aguilar, caja 56). En 1924, M.M. Vonsen, un comerciante de granos y alimentos de Texas, escribió a Aguilar para invitarlo a intercambiar especímenes (colección Ponciano Aguilar, caja 44, folder 1). En 1903, el director del Instituto Geológico de  México, Ezequiel Ordoñez, escribió para preguntar sobre piedras para la construcción y materiales del estado de Guanajuato, cortados en bloques de 1 decímetro cuadrado. Un año mas tarde, otro funcionario del Instituto le escribió a Aguilar a fin de preguntar sobre ejemplares de aguilarita para la colección del Instituto (colección Ponciano Aguilar, caja 59).

Museo Ponciano Aguilar. Finales del siglo XIX y principios del siglo XX

La reputación de Aguilar como un astuto coleccionista y hombre de ciencia le permitió cultivar estos contactos y usarlos para acrecentar su colección y sus investigaciones. Ya sea coleccionando personalmente, intercambiando y por regalos y compra en México y Estados unidos, Aguilar formó su colección que probablemente sea las mas conocida en México y una de las mejores de América Latina.

Descripción de su colección

La colección de Ponciano Aguilar comprende aproximadamente 9,000 especímenes y ahora forma parte importante del Museo de Mineralogía “Eduardo Villaseñor Söhle” del Departamento de Ingeniería en Minas, Metalurgia y Geología de la Universidad de Guanajuato. La colección fue donada por Maria Aguilar Zavaleta, hija de Ponciano Aguilar, en 1942; principalmente contiene ejemplares minerales de plata y oro y especímenes representativos de diferentes estructuras y contexto de los sistemas de vetas del Distrito Minero de Guanajuato.

Aguitaritas (Ag4SeS). Loc. Mina de San Carlos. Mineral de Rayas, Gto.
Col. Ing. Ponciano Aguilar

La colección puede dividirse en cuatro grupos minerales:

Minerales de Plata

Incluidos: Acantita, iodargitita, argentita, plata nativa, bromuro de plata, proustita, naumanita, pirargirita y especímenes extremadamente raros y distintivos de aguilarita, el ejemplar que fue encontrado en la Mina de San Carlos en Santa Rosa de Lima. Como se menciona líneas arriba, la aguilarita fue descrita formalmente por Frederick Genth, quien la nombró en honor de Aguilar.

Apofilita (KCa4Si8O20(F,OH)(H2O) Mineral de la Luz

Cuarzo y Calcita

La variedad de depósitos hidrotermales de baja sulfuración en el Distrito Minero de Guanajuato incluye una variedad de hábitos y colores de  cuarzo (SiO2) y calcita (CaCO3), y la colección de Aguilar es muy rica en estos minerales. La calcita se encuentra en un gran número de formas en la naturaleza y en la colección podemos encontrar calcita escalenoédrica, calcita hojosa, placas de calcita hexagonal, cristales de calcita en planos, calcita en nódulos, y en otras formas. También se encuentran especímenes de cuarzo amatista típico de la localidad.

En este grupo de minerales se incluye un gran número de especímenes de florapofilita rosa (KCa4Si8O20(F,OH)(H2O), en racimos ramificados y cristales de fluorapofilita blanca en primas tetragonales. Estos minerales provienen de las minas de Rayas y del Mineral de la Luz.

Valencianita KAlSi3O8

Guanajuatita y Valencianita

El espécimen holotipo de guanajuatita se encuentra también en la colección. En 1871, un estudiante de Vicente Fernández, Profesor de química en el Colegio del Estado (hoy Universidad de Guanajuato), le trajo un espécimen de bismuto de la comunidad de Calvillo en la Sierra de Santa Rosa. Fernández y su colega, Severo Navia, analizaron el espécimen para determinar las características mineralógicas y sus propiedades, y descubrieron que era una especie mineral que no había sido previamente descrita, el cual fue llamado guanajuatita (Bi2Se3).

Otras especies dominantes en la colección son la ortoclasa (KAlSi3O8) y albita (NaAlSi3O8), principalmente de la zona del granito de Arperos, Guanajuato. Este grupo de feldespatos potásicos incluye al mineral descrito en 1832 por el eminente mineralogista español Don Andrés Manuel del Río, quien lo llamó valencianita o “chovelia” en honor de Casimiro Chowell, su estudiante y superintendente de la mina de Valenciana. Del Río comentó que el mineral era un “cuarzo no común encontrado por Soneschmidt en la veta de Guanajuato, el cual interpretó como un pseudomorfismo posterior de la calcita”; en 1804 se consideró que la luz en los ángulos estimados, las hojas cruzadas y la cristalización indican una nueva especie”. Hoy en día la valencianita no es considerada una especie distinta pero es una variedad rara de adularia, en si, una variedad de ortoclasa (Morales Zarate et al., 2008).

Estructuras de Vetas

El Distrito Minero de Guanajuato consiste de tres sistemas de vetas: Veta Madre, Vetas de la Sierra y Vetas de La Luz. Las estructuras en estos tres sistemas de vetas son altamente variables, de acuerdo a diferentes pulsos magmáticos y a etapas de mineralización que afectaron cada región. Aguilar colectó ejemplares de dichos sistemas, los cuales fueron útiles para la investigación en determinar el modelo geológico del depósito. La distribución de los minerales de mena y ganga proporcionan la información sobre el origen y la historia de los depósitos minerales.

Conclusión

En el transcurso de su vida, Ponciano Aguilar trabajó como profesor, ingeniero civil, superintendente de mina, coleccionista y científico aficionado. En todas estas actividades, tenía la capacidad para influir en las conversaciones científicas de su tiempo, y dejar un legado para las futuras generaciones, tanto del mineral que lleva su nombre, como de su asombrosa colección mineral. Su vida muestra un poco las muchas contribuciones hacia la ciencia de los minerales, la Mineralogía, no sólo en las grandes ciudades y en las bien dotadas instituciones Europeas y de Estados Unidos, sino en lugares como Guanajuato – una pequeña ciudad mexicana en un importante distrito minero- y, de hecho, en los lugares más apartados.

La colección mineral de Ponciano Aguilar puede ser vista en el Museo de Mineralogía “Eduardo Villaseñor Söhle” del  Departamento de Ingeniería en Minas, de la Universidad de Guanajuato, Guanajuato, México.

Agradecimientos

Muchas gracias a James Holstein, gerente de colecciones del Meteoritics and Mineralogy Field Museum, por su ayuda en el rastreo del espécimen tipo de aguilarita y a Eréndira Guzman Segoviano, Coordinadora del Departamento de  Archivos  de la Universidad de Guanajuato por su ayuda con el archivo fotográfico y documentos personales de Ponciano Aguilar.

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  3. De hecho, la investigación es de antes de 1930, Aguilar reportó en su autobiografía (escrita en 1916) que había iniciado sus investigaciones en este método en 1891 y fue invitado a hablar del tema en 1919 (Colección Ponciano Aguilar , caja 7, folder 1).